martes, 5 de mayo de 2009

Octava fila y "El Encierro"



Mi abuelo y mi padre me llevaron por primera vez a una corrida de toros al principio de la década de los años 1970's. Vivíamos atrás de la Plaza de Toros Monumental y caminando llegábamos a la plaza. Nos sentábamos exactamente en la octava barrera, donde la línea de sombra se une a la línea del área soleada, ahí donde llegaba primero la sombra. En esa zona se sentaban muchos aficionados conocedores. Además de ver las faenas, gozábamos de la tertulia, del intercambio de conocimientos, de las anécdotas y de la presunción de términos taurinos, que hacía muy divertida la tarde. Así comenzé a interesarme y a amar la fiesta brava. Una emoción me embargaba al visualizar de lejos la gran escultura "El Encierro" del maestro escultor mexicano Humberto Peraza Ojeda, localizada a la entrada del estacionamiento de la plaza, anunciando la pronta hora de observar el vuelo de la muleta haciendo figuras en la línea del tiempo.