martes, 12 de mayo de 2009

Los Monosabios de Ciudad Juárez

Los monosabios y héroes olvidados en una corrida de toros
Por: Manuel D. Ríos R.
Siempre en una corrida de toros estamos pendientes en el paseíllo y en el grito del Olé, cuándo salen por la puerta de cuadrillas los primeros protagonistas de la corrida. En ese momento los presentes en la plaza se olvidan que su majestad el Toro es el protagónico número uno de esta hermosa fiesta. El Peseíllo, es el concepto más hermoso al momento de dar inicio una corrida de toros, es un desfile de colorido en dónde participan todas las personas que actúan en el festejo, matadores, subalternos, picadores, los mulilleros y por último los arenerenos, quienes actualmente se le llaman Monosabios, personajes muy valiosos y que siempre están olvidados.Este escrito le doy crédito a un personaje y miembro de una Dinastía de monosabios en Cd. Juárez Don Rubén Enríquez y quiero compartir este escrito que me hizo llegar para toda la afición fronteriza.El cuerpo de Monosabios, se inició en nuestra ciudad en los años 30´s, en la plaza de toros de Ciudad Juárez y también conocida como Plaza Samaniego y empezaron cuatro, Don Agustín Mirano, Don Aurelio Pérez, Don Roberto de la Cruz y Don Antonio Enríquez quién fuera un gran cronista taurino y siempre apoyando la fiesta en todo momento.¿Por qué se le conoce como Monosabios?En el año de 1847 llegó a Madrid una compañía de teatro de nombre ¨De Cervantes¨ que en su espectáculo traía una cuadrilla de monos adiestrados para realizar diferentes actos de acrobacia y que los vestían con pantaloncillo blanco, camisa roja y faja de color amarillo o rojo, semejantes a al mismo vestir de los areneros, los públicos que asistían a las plazas de toros que observaban la similitud de las vestimentas y les empezaron a llamar monosobios, con ese nombre se les conoce en la actualidad.En los años cincuentas en la Plaza de Toros Alberto Balderas el grupo de monosabios lo componían entre seis y ocho personas, los más conocidos fueron Miguel García, Fortunato Miranda, Roberto Nevarez, Teofilo Enríquez, José Montes, Rubén Enríquez siendo su jefe inmediato Don Antonio Enríquez q.e.p.d. Este elenco de personajes duró en la plaza aproximadamente 15 años.En 1957 en la plaza de toros Monumental, los dos primeros monosabios fueron Marcos Carrillo y el famoso Ramiro Ávila ¨Rarotonga¨, personaje muy conocido en el medio deportivo local, ya que además fue el jefe de la porra de los Indios de Cd. Juárez en Beis Ball y también dirigió la porra de los Cobras de Cd. Juárez, actualmente radica en la Cd. de México. ¨Rarotonga¨ por razones de trabajo se fue a nuestra capital mexicana hace doce años, pero por tradición en la primera corrida de cada temporada se viste de monosabio en la Plaza de Toros Monumental, es muy querido en el ámbito deportivo juarense por su entrega desinteresada a todo el deporte local. En los años ochentas, empezaron a trabajar la dinastía de los Enríquez en la plaza de toros Monumental agregándose los Mathusita, siendo los cinco hijos y los tres sobrinos de Don Rubén Enríquez. Los últimos monosabios de la Monumental fueron, Antonio, Rubén, Gustavo, Arturo Enríquez y Jorge, Alejandro y Gerardo Mathusita, Genaro Domínguez y José Rendón.

(N0 contamos con las imágenes referidas a continuación)
La primera imagen fue en la presentación en la plaza de toros Alberto Balderas de Don Mario Moreno ¨Cantinflas¨ lo acompañan el Sr. González (hermano del Pirulí famoso corredor de carros), Don Antonio Enríquez, Roberto Nevárez, Rubén y Gilberto Enríquez y el gran picador de toros chihuahuense Jesús ¨Chuy¨ Gómez. En la segunda fotografía tomada en la Monumental en la pasada temporada y podemos observar a la nueva generación de monosabios y los acompaña el torilero de la plaza Antonio Frausto. Los monosabios, toman un papel muy importante dentro de una corrida de toros, muy independiente de tener el ruedo limpio después de la lidia de cada toro, son auxiliares de los picadores y de los subalternos quienes a cuerpo limpio en muchas tardes han salvado de cornadas y de la muerte, a matadores de toros como a los ya mencionados. En los años cincuentas en la Alberto Balderas el mono-sabio Teófilo Enríquez le salvó la vida al matador de toros Saúl Huasco agarrándole la arteria femoral para no se desangrara, estos hombres son unos héroes de la fiesta y que deben ser reconocidos y admirados por los protagonistas como también por la afición.